Desde hace varios cursos algunos profesores del centro, junto con alumnos de primaria voluntarios, realizaban las tareas del reciclaje de los envases de nuestro colegio. Todos los viernes desde octubre hasta mayo, estas personas (ataviadas con sus chalecos reflectantes reglamentarios) recogían las bolsas de los envases de las aulas y las llevaban hasta el contenedor amarillo más cercano al colegio. Pero nuestras aspiraciones iban más lejos y aunque la labor del Comando Amarillo, que así se hacían llamar, era fundamental para que pudiéramos reciclar en el cole, nosotros queríamos tener el contenedor de los envases en la calle, junto al de papel.
Esta semana nuestros deseos se han hecho realidad y un brillante contenedor amarillo se encuentra ahora en la entrada del centro, así que ni cortos ni perezosos, en las clases de infantil, nos hemos puesto el chaleco y todos juntos hemos acompañado al ayudante de hoy a tirar los envases y así poder participar en el Comando Amarillo.
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