Ese mismo día, por la tarde, todos nos convertimos en esqueletos, brujas y magos, vampiros, calabazas, murciélagos, fantasmas... y demás personajes terroríficos y elaboramos un montón de pócimas mágicas: para no tener miedo, quitar el hipo, ser fuertes, encontrar objetos perdidos y tener suerte, pócimas con diferentes ingredientes (ojos de sapo, patas de araña, plumas de gallina, colas de dragón, uñas de bruja, polvos de estrellas...) y demás ingredientes que a toda buena bruja o mago no le debe de faltar. Los niños de 3 años, por su parte, hicieron unos fantasmas con chupa-chuses que luego daba miedo comérselos. También la Bruja María nos hizo una pócima mágica en inglés, que sólo ella sabe, y que dió resultado porque salieron un montón de gominolas (gusanos, ojos, arañas...) que estaban muy ricas. Fué una tarde en la que nos lo pasamos... ¡DE MIEDO!. Por cierto, la Bruja Patuja esa tarde, por curiosa (quería copiar las recetas de nuestras pócimas) cayó en la trampa y ahora la vamos a encerrar en las mazmorras de nuestro castillo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario